Nunca deberías suministrar información confidencial por Internet sin ningún tipo de protección, especialmente en lo que se refiere a datos financieros. Si está pensando en comprar vía web ese libro raro o esa colección de discos que sólo encuentra en una tienda en línea, pero dudas a la hora de suministrar tu número de tarjeta de crédito, has de saber cuáles son las opciones que se te presentan a la hora de hacerlo de forma segura.
- No entregues más información que la estrictamente necesaria para recibir el producto que has comprado (normalmente no existe motivo para que debas responder con tu renta anual o tus ideas religiosas).
- Nunca entregues datos confidenciales si no es a través de un servidor seguro (que utilice SSL).
- No envíes tu número de tarjeta de crédito por correo electrónico.
- Comprueba rutinariamente los certificados de los sitios seguros a los que te conectas. De nada sirve SSL si no se lo toma en serio.
- Reclama tus derechos como consumidor:
- Exige imágenes del producto que piensas adquirir, al menos cuando sea relevante.
- Exige información detallada y clara sobre los precios.
- Exige información sobre la forma de envío y coste adicional.
- Exige que te expliquen las condiciones de garantía y devolución.
- Busca la página sobre política de privacidad del comercio, para saber qué se hace con tu información privada, tanto la recopilada directamente, suministrada al rellenar formularios, como la obtenida indirectamente por tu navegación. Si no la encuentras, exígela.
- No pagues en efectivo, ni con cheque, ni con tarjeta de débito, mejor hazlo con tarjeta de crédito. Es más seguro de lo que generalmente se cree y te ocasionará menos problemas en caso de irregularidades con la entrega de tu compra o fraude con tu tarjeta. Consulta con tu banco las condiciones de resolución de disputas con el comerciante. La entidad financiera de medios de pago te respalda. En caso de fraude, el que tendrá problemas será el comercio en el que se hizo la compra con tu tarjeta, y no tú.
- No entregues más información que la estrictamente necesaria para recibir el producto que has comprado (normalmente no existe motivo para que debas responder con tu renta anual o tus ideas religiosas).
- Nunca entregues datos confidenciales si no es a través de un servidor seguro (que utilice SSL).
- No envíes tu número de tarjeta de crédito por correo electrónico.
- Comprueba rutinariamente los certificados de los sitios seguros a los que te conectas. De nada sirve SSL si no se lo toma en serio.
- Reclama tus derechos como consumidor:
- Exige imágenes del producto que piensas adquirir, al menos cuando sea relevante.
- Exige información detallada y clara sobre los precios.
- Exige información sobre la forma de envío y coste adicional.
- Exige que te expliquen las condiciones de garantía y devolución.
- Busca la página sobre política de privacidad del comercio, para saber qué se hace con tu información privada, tanto la recopilada directamente, suministrada al rellenar formularios, como la obtenida indirectamente por tu navegación. Si no la encuentras, exígela.
- No pagues en efectivo, ni con cheque, ni con tarjeta de débito, mejor hazlo con tarjeta de crédito. Es más seguro de lo que generalmente se cree y te ocasionará menos problemas en caso de irregularidades con la entrega de tu compra o fraude con tu tarjeta. Consulta con tu banco las condiciones de resolución de disputas con el comerciante. La entidad financiera de medios de pago te respalda. En caso de fraude, el que tendrá problemas será el comercio en el que se hizo la compra con tu tarjeta, y no tú.